Ya, en cierto modo, me conocen. Mi nene, el Santi, sin autorización,(atrevido como siempre,) publicó el relato de mis recuerdos. Como se habràn dado cuenta, no nací ayer. Con mi amigo del alma, Häberli, que se me fue hace poco, decíamos que con Benedetti e Idea Vilariño, somos de la sub 20. Por el año en que nacimos. Los espero.Tata

lunes, 28 de abril de 2008

MAMÁ



En unas de mis últimas entradas recordé la figura de mi padre, les habrá llamado la atención que a mamá prácticamente no la nombré. Es que puede decirse que no la conocí. Ella murió cuando yo todavía no tenía tres años. La imagen de ella que guardo en el recuerdo, es el de una figura de mujer iluminada por el sol, reclinada en una galería de la vieja casa. No recuerdo sus facciones. Tampoco oí nunca su voz. El postrer recuerdo suyo es el del día de su muerte cuando un vecina dijo a mis hermanas: no lloren; ¿no ven que asustan al nene?. Y luego, cuando por la ventana del sur,(a todas las aberturas las conocíamos por su orientación), la ví al estilo italiano vestida de negro extendida en la cama. No recuerdo nada más; ni velatorio ni entierro. Y, aunque parezca mentira, no hay ninguna foto suya. Entonces, por casualidad , la nieta de una hermana de mamá se enteró y me trajo una de su abuela. Dicen que eran parecidísimas. Era la tía Luisa, a la que llamábamos Yiya. A ella sí la conocí. La foto es de 1914; en ese entonces, en los pueblos pequeños no había fotógrafos establecidos. Solo cuando pasaba algún itinerante, fotografiaba a toda la gente del lugar. Las kodaks de cajón aún no habían llegado. Imagínense la emoción cuando vi la foto de la tía, una italiana con unos ojos de maravilla. Mis hermanas decían que mamá y ella eran muy parecidas pero que mamá era más linda. Claro; es de imaginar la objetividad del juicio. Pero que importa; yo sé que no es ella pero se le parece; tampoco importa si es más o menos linda. Yo no lo sé hacer, pero le voy a pedir al Santi que scanee la foto así la conocen. No sé si era lo que se llama un trauma; pero siempre sentí la angustia de no tener una imagen visible de mamá. Así que me fui a Martínez, hice una ampliación de la foto,(quedó preciosa) y la voy a enmarcar para no sentirme por lo menos huérfano también del recuerdo.

viernes, 25 de abril de 2008

La verdad, es extraño que la gente de la nueva generación sienta como suyas las vivencias de los protagonistas de tiempos y costumbres que nada tenían que ver con los suyos. Hoy es 25; a todos los que hicieron comentarios, les recuerdo que la historia no los absolverá por hacer llorar a un viejo. Y, lo peor, es que lo animan a volver a escribir. Como dice una bloguera, ajo y agua
.

jueves, 24 de abril de 2008

En mi entrada última, decía que mi viejo era un fuera de serie. Y lo era. Siempre fue, al recordarlo, un misterio para mí el que en aquel confín del país, en esa época y con su tercero de primaria rural, fuera capaz de estar al tanto de tantas cosas. Una era el porquè cuando las lavanderas golpeaban la ropa con sus palmetas sobre las piedras de la orilla del río, el sonido me llegaba más tarde. El me dijo que el sonido caminaba por el aire,(textual) a 330 mts. por segundo. Le preguntaba distancias, por ej. ente Montevideo y Bs. Aires, o Salto, y me las decía en leguas. Más adelante me informé y en quilómetros era nomás. Me hacía el relato del Minotauro y el laberinto, se sabía de memoria los trabajos de Hércules y las 7 maravillas de la antigüedad, y hasta el nombre del caballo del Cid. Por supuesto me enseñó el nombre de las notas musicales, y en la flauta que me regaló, las posiciones que a esas notas correspondían. Tenía también sus manías. Creo que a consecuencia de su enfermedad, la de la higiene era obsesiva. Ni soñar sentarnos a la mesa sin una lavada de manos de aquellas. Por primera vez, y obligado por las circunstancias tomé mate con un extraño cinco años después de su muerte. Fue en Malvín, una tarde playera, de aquellas de mate y bizcochos. Gurisa por medio, claro. Puta madre, no me pasaba por la garganta. Volviendo al viejo; hacía gala, a pesar de su ceguera, de un muy buen humor. Recuerdo algunos de sus dichos, cuando se reía del romanticismo barato de la época.
Yo soy como esos lirios pálidos y yertos,
que crecen en la tumba de los muertos.
Y yo, como esas pelotillas negrísimas y chatas,
que tenés entre los dedos de las patas

Por esperarte mi vida, bajo el alero,
un gallo me cagó el sombrero

Habían otras que las pasamos por alto. Nunca lo escuché, a lo mejor no lo hacía delante nuestro, quejarse de la suerte, a pesar de su ceguera. Hablando con un primo hermano muy querido, me jacté de, a mis 14 años haber andado chapoteando barro en un ambiente de prostitutas y proxenetas sin mancharme demasiado. Ese primo, nunca lo olvido, me contestó que tenía un faro que me guiaba. Los homenajes en general son post mortem. Este no lo es, porque mientras no me tome el barco, Don Santiago va a estar siempre siempre por acá.

domingo, 20 de abril de 2008

Como habrán visto (o leído) tengo que poner gran cuidado en lo que escribo porque mi hijo no solo me corrije sino que me amonesta. En mi anterior entrada hice comentarios sobre la actitud de los hijos frente a los padres, y de los padres frente a los hijos. Aquellos ean los buenos tiempos. Pensar que en ese entonces, aunque ya hombres, no se atrevían a fumar frente a los padres. Hoy las cosas cambiaron para mal. Cuando el Santi tiene el honor de venir a desasnarme, (cosa que no siempre consigue) en lo que tiene que ver con el manejo de esta maldita, me mete un cenicero en las narices, lo llena de puchos malolientes, se me ríe en la cara cuando meto la pata,me toma todo lo que encuentra, (no le sirve de nada el ejemplo paterno, modelo de sobriedad,) y ni siquiera se ruboriza. Digo esto porque como vieron y verán los que me lean de ahora en más,escribiré sin corrector. (Ojalá pueda) Todo esto viene a cuento porqqe después de publicada mi entrada anterior, me encontré con varios errores. Ya verán que todo tiene arreglo

sábado, 19 de abril de 2008

Hola; la Flaca y el Santi me obligan, ella cariñosamente y él faltándome el respeto, a escribir sucesos de la prehistoria. Quién, en aquellos tiempos se hubiera animado a decirle al padre, venerable ya, "viejo; dejate de joder y contá tus hazañas; total, la Yaya no maneja la computadora." Cuando mi niñez, los gurises se dirigían a los padres tratándolos de usted. Algunos de los vecinos obligaban a sus hijos a decirles sí señor o no señor. Aunque tuvieran 30 años, los muchachos no fumaban frente a los progenitores. Cuento esto porque quiero que conozcan al fuera de serie que fue mi papá.
Nacido en 1880, fué solo hasta tercero de la escuela del pueblo. Del 80 al 86, me supongo. Hijo de un inmigrante panadero, no sé como aprendió la guitarra, la flauta y el clarinete. Como no creo en los milagros, autodidacta y por tanto carente de formación técnica, tocaría lindo tal vez, pero seguramente mal. Digo que tocaría lindo, porque también cantaba con una hermosa voz, bien afinado, y las Señoras, cuando en grandes ocasiones cantaba las Misas, decían extasiadas "qué sentimiento!" Asì que imaginen, músico, cantor buen mozo e inteligente, el arrastre que tendría. Pobres de ellas; pero también de él. Los antibióticos no existían, así que cuando nací el ya estaba casi ciego. Imaginen un lector impenitente condenado a lostreinta y pocos años a la oscuridad. En cuanto aprendí a leer, era el ritual de todas las noches sentarme al borde de la cama para leerle toda una serie de libros que por suerte un señor del pueblo adinerado, que tenía una preciosa biblioteca, le prestaba. Ahí conocí a A. France, Mark Twayn, Dumas, Manrique, etc. Yo tenía 8 años. Lo tratábamos de usted porque el tuteo era impensable. Pero un día me rezongó por algo, y le dije; desgraciado. E lugar de sacarme por la ventana de un moquete, como hubiera hecho cualquier padre de la época, me dijo: tenés razón. Como mamá ya no estaba, en invierno muchas veces se levantaba a cubrirme con la manta. Todavía, al recordarlo se me entibia el corazón. Jamás me pegó; solo me llevó preso. Un día que se ve me porté muy mal, me dijo que tenía que ir hasta la escuela a hablar con alguien. Enfrente, estaba la comisaría. Cuando pasamos me hizo entrarcon él para hablar con un milico amigo, seguramente al tanto. "A este señorito me lo mete en el calabozo y cuando mañana pasen los compañeros para la escuela, me lo pone a barrer la vereda. Se ha portado muy mal" Claro; barrer la vereda frente a los otros era espantoso. Pero prometí portarme bien y quedé en libertad. Ya totalmente ciego, me hacía cometas y me enseñó a hacerlas. Cuando con su orquesta lo llamaban de Monte Caseros en Argentina, cruzábamos el Uruguay en bote a vela. Todavía escucho el silencio poblado de rumores en las cálidas noches del verano norteño, y la tibieza en mi mano del agua de aquel río querido. Es increíble; pero cuando empecé refiriéndome en broma al respeto del Santi, se me ocurrió rendir este homenaje a aquelHombre irrepetible del tuve la suerte de ser hijo. Habrían mucho más cosas para contar; pero ya lo haré si interesa a la amable cofradía.

jueves, 17 de abril de 2008

Bueno; parece que en vez de Tata soy el señor Anónimo. Rossana habrá visto que el comentario destinado a ella va enviado por ese señor. Me olvidé de poner mis datos. Pero todo se andará. El Santi me va a rezongar de nuevo; pero no tengo otro remedio que hacer un llamado a todos los que me enviaron mensajes y a los que todavía no respondí. Quiero hacerlo; por supuesto. No los he olvidado. Como el tiempo del que dispongo es poco; (por suerte para ustedes) la cosa va a ser lenta. Como lento es mi aprendizaje. Pero espero que seguro.

martes, 15 de abril de 2008

Anteayer estuvo el Santi instalando un Nero nuevo con el fin de piratear cd. Estuvimos leyendo comentarios de la cofradía bloguera. A raíz de eso, le decía que siento verguenza cuando quiero, con mi erudición de quinto de primaria, responder a esos comentarios, redactados por quienes dominan el arte de la comunicación como yo no lo voy a hacer nunca. Porque es un cuento aquello de querer es poder. Pero, como aunque no pueda igual quiero, voy a tratar de hacerlo. Así que prometo, de aquí en más, contestar a quienes me banquen. Les cuento que me independicé; el santi me había dado la orden de enviarle mis mensajes por correo electrónico, (lo de mail no va conmigo, no quiero ser hasta en eso colonizado) para así corregir mis desaguisados en asuntos de redacción, puntuación, espacios, mayúsculas, etc. Pero desde ahora lo que diga o escriba, va por mi cuenta y riesgo. Es una pena que por no disponer de tiempo, no pueda comunicarme con todos los que quisiera y cuando quisiera. Pero me van a tener que aguantar. Aunque en cómodas cuotas. Hasta pronto. Un abrazo colectivo

miércoles, 9 de abril de 2008

de Auroras y Amanecidas

Acabo de leer el último comentario de Rossana: "Mañana hablo de mi infancia, hoy estoy reventada".
Casualmente, yo hoy no lo estoy. Y si bien no es exactamente de mi infancia, tiene que ver con ella porque el que se asombraba ya con más de sesenta años en el lomo, era el mismo gurí que por suerte nunca me abandonó, o, andá a saber, nunca dejé que se fuera, desde aquellos tiempos en que con aquel viejo irrepetible que fue mi padre, después de tocar èl con su orquesta en Monte Caseros, cruzábamos el mágico río Uruguay en aquellas mágicas noches del verano norteño. Creo que entonces esas vivencias, sumadas a las anochecidas llenas de estrellas y silencio, me enseñaron a soñar.
Este preámbulo es necesario para entender lo que viene ahora.
En 1987, es decir, a mis 67, por primera vez pude materializar un viejo sueño. Ir a Europa. Pero ir y no traer un documento vivo, era impensable. Y, cuentas exaustivas mediante, me compré una cámara filmadora. Y esa cámara fue la protagonista de la materialización visual de algo glorioso pero, si no se puede atraparlo, fugaz. Y por suerte, con mi cámara, pude hacerlo. Y no en Europa. La Flaca querida habla de don Atahualpa; uno de mis referentes. Él dice, en una de sus canciones , "de auroras y amanecidas". Y yo, en mi ignorancia,(nunca me había levantado a ver una aurora), pensé; el Ata es medio redundante. Aurora y amanecida son lo mismo. Entonces, para salir de dudas, una mañana gloriosa de Enero en nuestra casita de Piriápolis, me levanté cuando se acostaba la última estrella,(que lo parió, que imagen cursi) agarré la escalera, la filmadora, y me subí a lo más alto del techo.
Y el Atahualpa tenía razón.
La aurora, como dice (decía) Homero, pinta con sus dedos rosados el horizonte, y es mensajera del silencio. El amanecer, en cambio, explota en luz y llena de cantos de pájaros ese silencio. Más adelante en el tiempo, estando en las Termas del Arapey donde habíamos ido con los tres nietos, un lugar que no estoy seguro, pero creo que no está a más de 100 km. de mi pueblo, un mañana norteña me levanté al amanecer. Por suerte llevaba la cámara; fue impresionanta ver asomar el sol, explotando en luz, por sobre los árboles del monte. Entonces me dije;que me perdonen; pero ya me lo van a agradecer. Y al día siguiente los saqué de la cama a los tres al amanecer , y los llevé a ver algo que nunca olvidarán.

Una pregunta impertinente a los que esto lean. ¿cuántos de ustedes vieron, no digo una aurora, sino un amanecer? No sean vagos; hagan la prueba

martes, 8 de abril de 2008

Hola cofradía bloguera. Debo confesarme. Mi amor propio, al que siempre peleo pero a veces me gana, hace que trate de arreglarme solito en mi lucha desigual con esta maldita. Me avergüenzo de estar siempre llamando al Santi en mi auxilio. Sucede que quisiera escribirles a cada uno en su blog; pero como el señor alemán con una h en el apellido me visita asiduamente, no recuerdo muy bien como lograrlo. Pero persevera y triunfarás. Ya verán. Mientras tanto, la flaca querida, las señoras de la madre patria, los chamacos y el,(¿o los de la otra orilla?, además de las y los compatriotas, tengan fe. Y a la señora de ajo y agua, la quiero rezongar, dada mi condición de casi centenarlo, que me da ciertas prerrogativas, por su desprecio por el homo sapiens. Pero como soy muy discreto, cuando, como no soy nada sapiens, aprenda a manejar este engendro de satanás, lo mandaré a su blog. Un beso grande a todos
El tata

domingo, 6 de abril de 2008

Quiero antes que nada, decirles a los de la cofradía, que ellos seguramente también en su infancia y adolescencia fueron creadores de infinidad de sueños. El Santi me dice que cuente algunas de mis vivencias. Vamos a hacer un pacto de damas y caballeros; quiero, si cuento las mías, que a lo mejor tienen interés solo para mí, conocer las de ustedes. Cuando escuché a Serrat cantar a Machado en "Mi infancia", pensé cuantas cosas en común hay en la feliz niñez de los pueblos pequeños. Claro; él tuvo quien le enseñara juegos prohibidos a la sombra de una higuera. En mi caso, mi juego pecaminoso fue el apropiarme con la ayuda de mi hermana de unos higos preciosos en dos higueras ajenas. Me da un poco de pudor contar cosas mías. Siempre pienso en el eclesiastés. "Y vi que todo era vanidad" Pero si les interesa, seguiré. Un abrazo a todos. Prometo que cuando esté más ducho, les escribiré a cada uno.
tata

sábado, 5 de abril de 2008

Es Sábado. ¡Qe descubrimiento! Juro que he tomado solo una. Todavía no leí nada de lo que seguramente hay de ustedes. Pero tengo poco tiempo; lo de Sábado de noche quiere decir, Liliana trabaja, Tania pasea, que estamos solos con Brilda. Para los que no lo saben, es mi señora. Así qu vaya mi cariño para todos los blogueros. y dejo caer esta idea que vparece mentira, a nadie se le haya venido al magín. ¿Por qué no nos juntamos para conocernos y darnos un abrazo, no frío y cibernético sino cálido y apretado? Digo., en algún boliche donde hacer un acuchipanda homérica. Piénsenlo. Un beso colectivo.
tata

jueves, 3 de abril de 2008

2ª Entrada del Tata como respuesta a todos los amables comentarios.

No sé como empezar. Dicen que la tercera es la vencida; espero que sea así, y no aquello de que no haya dos sin tres. Digo esto porque es la tercera vez que intento comunicarme por medio de esta máquina rebelde y no hay manera. La primera, di todos los pasos de acuerdo a las enseñanzas del Santi, la maldita me contó que estaba todo en orden, y no publicó nada. Ayer escribi largo y tendido, y cuando quise guardarlo para publicarlo más tarde, desapareció. Pero persevera y triunfarás. Así que allá vamos. Pero por las dudas, llamé al Santi en mi auxilio, para que copetín mediante, este parto tan complicado llegue a feliz término. Les decía ayer que nunca pensé en una respuesta así de numerosa. Y cariñosa. Han sido tantas que seguramente me va a ser imposible contestar individualmente.
Así que gracias a la Flaca, a Rossana, A Susana, a María Jesús, a Toro Salvaje, Skyline, Fede, Andrea, Vuelvo al Sur, Codorniú, etc .
Yo tengo muy poco tiempo disponible para dedicar a escribir. Mi señora desgraciadamente no anda bien de salud y tengo que estar constantemente con ella; de modo que siempre la cosa será colectiva. Así que va mi agradecimiento a todos; y por supuesto, mi afecto.
Ustedes conocen parte de mi perfil; ahora me voy a poner de frente.
La gente de mi edad, a la que ahora eufemísticamente llaman adultos mayores, (antes les decíamos de otra manera), estamos condenados a ser víctimas del respeto. Lo que nos obliga a ser señores serios, proclives a dar consejos y buenos ejemplos. Conmigo están arreglados.Ejemplos, a esta altura del partido, ni buenos ni malos. Y consejos, que algunos viejos los dan, solo sirven para que pocos aburran a muchos. Así que ya lo saben; prefiero el afecto, que siempre conlleva el respeto. En cambio, a la inversa no siempre es igual. Mis alumnos de los años 50 y 60, me trataban de usted. Ya más adelante, todos empezaron a tutearme. Y siempre me respetaron, nos respetamos lo mismo, pero nos quisimos más. Claro que en mi caso, al ser las clases individuales, el conocimiento mutuo es mayor que en las colectivas. Así que ya saben; no me traten como al abuelito susceptible que piensa que todo tiempo pasado, etc. La flaca terminó su comentario citando a Yupanqui. Es uno de mis favoritos. En uno de sus poemas dice: "nunca mirés para atrás, para ver lo que has andado. Miralo a tu corazón, que tiene un mundo guardado de auroras y amanecidas." Yo siempre recuerdo las amanecidas, aunque el barco esté ahí nomás con la pasarela puesta.
En mi ya remota juventud, había novelas por entregas semanales a domicilio. Como esto ya está aburrido, digo como decían aquellas en la última página. "continuará en la próxima entrega" Un abrazo fuerte
Tata