Ya, en cierto modo, me conocen. Mi nene, el Santi, sin autorización,(atrevido como siempre,) publicó el relato de mis recuerdos. Como se habràn dado cuenta, no nací ayer. Con mi amigo del alma, Häberli, que se me fue hace poco, decíamos que con Benedetti e Idea Vilariño, somos de la sub 20. Por el año en que nacimos. Los espero.Tata

domingo, 16 de diciembre de 2012

LOS PLÀTANOS

Y nos fuimos a recorrer una vez màs, en compañìa de la tìa Rica, los caminos de la patria. El destino era la estancia Los Plàtanos, en la zona noreste del paisito.
Tomamos camino Madonado hasta ruta 11; por esta hasta S. Jacinto donde seguimos  la 7, y, por supuesto, pasamos por el Tala a saludar a Pepe, (mi ex consuegro) que para mì sigue siendo de la familia- (por aquello de que los de la flia. etc.) 
El dìa anterior se desatò un temporal de aquellos, pero felizmente el sol nos acompañò, aunque a èl y a nosotros tambièn el viento  nos hizo mala compañìa
Seguimos transitando la 7, pasamos por Cerro Colorado, el pueblo donde Liliana y Jorge, (el que en ese entonces era su marido,) recièn recibidos, debutaron como mèdicos y lo hicieron durante un tiempo. Ahì almorzamos, (unas empanadas hechas por la tìa Rica, bàrbaras como siempre) para seguir viaje con màs fuerza. Adelante entonces, pasando por lugares tristemente  històricos, Nico Pèrez, Tupambaè, etc. cuyos alrededores fueron testigos de las patriadas fratricidas en las que murieron, solamente por defender un color o el prestigio de un caudillo, (ahora los que explotan en su beneficio esos recuerdos, le llaman ideales)  miles de paisanos. Me vino a la memoria, al  escribir esto, aquello  del Viejo Pancho.

 " Gurì en la Guerra Grande, 
mozo cuando Quinteros; 
soldao en la del Quebracho 
y herido en la del Cerro, 
ande un caudillo levantaba el poncho,
ahi estab'èl, apeligrando el cuero". 

Los campos por los que pasa el camino, distintos a los del litoral oeste. Allà son aptos para la agricultura; acà el basalto aflora en muchos lugares. Pero claro, el ganado, especialmente las ovejitas, locas de la vida. Sin  embargo, la mano, mejor dicho la imbecilidad egoìsta del hombre moderno, eficiente, pràctico (¡que lo pariò, apareciò el ecologista trasnochado!) està transformando con los agrotòxicos, transgènicos y otros translaputaquelospariò, en lugares silenciosos, esos caminos que antes,  llenos de  color, cantos,  vuelos y vida alegraban nuestros recorridos. Y llegamos a nuestra meta.  K234. Si buscan el nombre de la estancia,estàn arreglados. No hay un solo cartel. Yo se lo hice notar a Marina. Espero, que, como corresponde le de la orden inapelable a Andrès .y este  obedientemente ponga uno visible..
Hecha esta aclaraciòn, volvamos  al tema ecològico. Acà en los Plàtanos no sucede lo mismo que en el entorno; los muchachos propietarios  Marina y Andrès, pareja fuera de serie, son  defensores del medio ambiente. Cuando llegamos, al atravesar la portera, nos saliò de entre el pastizal a saludar una mulita; Liliana quiso fotografiarla pero era muy movediza y no hubo manera. En la estancia estàn prohibidas la caza y la pesca deportiva. 
Marina, y Andrès,  anfitriones de lujo, son de esas personas que charlàs con ellas un rato, y te parece haberlas conocido siempre.      
En el patio, como corresponde, aljibe con brocal, rondana y balde, piso de piedra, una magnolia en flor, y estanque con peces
Y, para que no extrañàramos, dos preciosos gatos barcinos y uno rubio, que nos recordò a Patricio, cuando vivìa. Y un perro, el gordito, compadre como buen petizo, que nos ladrò y mostrò los dientes para que nos enteràramos quien era el patròn. Pero al segundo mimo ya estaba en cuerpo y alma con nosotros. 
Al frente, plàtanos que dan el nombre a la estancia, y dos ombùes, el tronco de uno de los cuales parece obra de un escultor trasnochado. Espero que Liliana lo haya fotografiado, Cena casera, (no sè el nombre de los platos, pero estaba de primera. Y, amenizado ademàs, con mùsica a cargo de la hija mayor de la casa.( Micaela. 13 años. Estudia piano en Melo;) acercò su teclado, y nos hizo escuchar "para Elisa". Y no pude menos de pensar si se habrà imaginado aquel sordo genial que escribiò eso hace  màs de 200 años allà en Alemania, quizà para alguna preciosa gurisa de su tiempo, que, a miles de quilòmetros, en un paisito  para èl seguramente  ignorado, su regalo sonoro iba a tomar vida a esa enorme distancia en las manos de otra gurisa tan linda o màs que aquella.  
El Sàbado, un dìa radiante, pero siempre, (es la zona màs alta del paìs) ventoso. Me acerquè a la enorme ventana, y me encontrè con un espectàculo, sueño de un pintor naturalista. Parados junto al alambrado que separa el casco de la estancia del campo, quietitos, el señor del harèm, un toro enorme, las vaquitas y sus nenes, todos negros 
( son aberdeen, creo). Inmòviles y silenciosos como estatuas. Yo no tengo càmara, y Liliana dormìa. Siempre recuedo al Sabalero. ¡Lindo haberlo vivido pa` poderlo contar.! 
Pero me faltaba la mùsica. Acostumbrado desde niño al amanecer poblado de cantos, trinos y gorgeos, el silencio se hace opresivo. 
Se levanto la tìa Rica, Liliana fue a buscar agua para el mate, y yo, dueño y señor del enorme comedor de la estancia, frente a una de sus enormes ventanas, escribo, mientras trato de guardar en el archivo de mi flaca memoria, cada momento glorioso de esta gloriosa mañana 
Y aquì, pagan justos por pecadores. Esta gente respetuosa del medio ambiente, vive en en entorno en el que, desgraciadamente, hay muy pocas golondrinas como ellos para poder hacer ni siquiera primavera. Otra que verano.
Despuès del desayuno, (no con leche pasteurizada sino hervida, y con cafè, claro,) acompañada por scones y magdalenas recièn sacados del horno, a acompañar a Andrès en su reparto de raciòn al ganado. Por supuesto, luego de terminada esa labor, durante la que vimos al ganado, (que por supuesto conoce la camioneta y tiene nociòn de la hora,) venir en tropel para acercarse a los comederos y disfrutar su banquete, y durante la cual recorrimos parte del establecimiento, nos tocò el conocer y admirar un paisaje sumamente quebrado, hermosìsimo. con las islas de los montes de abrigo y franjas de forestaciòn pintando de franjas  oscuras la inmensidad verde gris de la distancia, que nunca es monòtona, porque el campo siempre està vivo con sus picos y hondonadas. Pero ya no lo està, (no sè si siempre es asì, , pero estoy seguro que no lo fuè,) lleno de colores, vuelos y cantos. Sòlo vimos con Liliana una pareja de horneros haciendo su nido en un cerco. La mañana que salimos a caminar al borde de un monte de eucaliptus,  cuando esperaba  encontrarme con  cantidad de pàjaros nos, recibieron el silencio y la soledad. Nada menos que eucaliptus, paraìso que siempre fuè de las cotorras, animalito alegre y bullanguero., No sè que pasarà dentro de 20 o 30 años. Los de nuestra generaciòn los conocimos, admiramos y disfrutamos.  
Andrès nos llevò tambièn a la orilla de un arroyo, (de cuyo nombre no puedo acordarme) precioso en su lecho basàltico, con pequeños saltos y desniveles, y el tìpico monte criollo. Que, por suerte se mantiene bastante respetado..
Y, luego, a conocer Cerro Chato; en realidad el motivo  del paseo. En ese pueblo, fundado por los Mazziotta nacieron los abuelos y padres de la Yaya y la tìa Rica. Y, antes de venirse los viejos a montevideo, la ùltima cerrochatence fue la Yaya. Ya Rica naciò en la capital.  Su plaza se llamaba plaza Mazziotta. Rica querìa pasar a la posteridad fotografiàndose al pie de un monumento recordatorio  de su  apellido, pero no tuvo suerte. a la plaza le cambiaron el nombre.. 
Conocimos tambièn Santa Clara de Olimar, donde segùn nos dijo Marina, en el arroyo la Yeguada, cuyo puente està a la salida  (o entrada) del pueblo, nace el Olimar. Y algo que no entiendo; no soy creyente, pero que un pedazo de historia, en un paìs que casi no la tiene, como es lo que fuè la iglesia de Santa Clara,  se vea condenada a la ruina o desapariciòn por desidia, en primer lugar de la curia, y, en segundo, de las buenas damas catòlicas que tendrìan que haber usado por lo menos algo de sus muchos pesitos e incluso su influencia a nivel oficial para conservarla. Y volvemos a los  Plàtanos con el recuerdo del silencio de los pueblos del camino, pero tambièn de su limpieza; a la que ya, no estamos acostumbrados. Y otra vez la cinta sinuosa y plateada de la carretera rodeada por campos luminosos, (el sol luce a pleno), pero como compañìa, solo a intervalos algùn carancho buscando apereàs o pichones de liebres. A  la otra compañìa, aquella musical colorida y bullanguera, la liquidò la piqueta fatal del progreso. 
Despedida de esa gente inolvidable  regreso por la misma ruta, otro recuerdo para el baùl de los queridos, y, esta vez, pensando si el cuero me darà para otra aventura.  Quien te dice; muy, pero muy difìcil. Cuando niño, pasaba horas mirando nada y vièndolo todo.y ahora, trato de mirarlo todo, y veo muy poco. Pero, como dice Ruben Lena,
la apetencia de paisajes no muere nunca, especialmente si estàn instalados desde siempre, si nos entraban por los ojos para no emigrar nunca del alma. Nunca olvido esa canciòn cuando se la escuchè por primera vez al Pepe Guerra
"lo digo sin complacencia, tal vez complacièndome, eso si que no lo sè, porque todo peregrino, se entiende con el camino, sin preguntarse por què" 















































10 comentarios:

FLACA dijo...

Precioso viaje, hermosa experiencia y muy lindas las fotos.Tata, lo tuyo con Liliana y Rica es "turismo aventura"; ¡qué bueno!... Un abrazo.

El Tata dijo...

Flaca querida; porquè no se vienen co Mario a hacer turismo amistoso a los helechos, el establecimiento de la calle Munar. Mirà que hace rato me deben la visita. Un abrazo para todos
Tata

Marossa dijo...

Hola ,señor Tata.
A veces opino en "Los divagues del Santi" y por eso encontré su blog.
La razón de este comentario,(aparte de felicitarlo por su relato) es saber si usted no preguntó por qué no hay pájaros en un lugar tan ecológico.
No sé nada de la geografía del norte del Río Negro,eso es obvio.

Saludos y felicitaciones por sus ganas de vivir.

Anónimo dijo...

Hola Sra. Marossa: quiero comunicarle que en el blog del Tata el usted està prohibido. De modo que en adelnte, como el tuteo es lo normal, vas a tener que usarlo obligatoriamente. En cuanto a la falta de pàjaros, los pesticidas exterminan los insectos, (y las abejas)y, por supuesto rompen la cadena natural alimenticia. Pero los dueños de los campos se enriquecen mucho màs ràpido que antes, y el sagrado derecho de propiedad queda a salvo.

Fernando Terreno dijo...

Espectaculares, el lugar y el paseo.
Que hermosas las fotos. De todas me quedo con la de la vagoneta (¿ es un sulki o un break?) esa en el sol del atardecer.
Che Tata, si me podés aclarar cómo se llama ese modelo te lo voy a agradecer.
Con relación a eso de los pájaros que comentás, tengo mis dudas. ¿Qué corno van a andar fumigando por ahí si no parece zona agrícola? Y, por otro lado, acá cerca de Colonia le dan duro y parejo a la soja y está lleno de loras por todos lados.
De contrera nomás te digo esto. ¡Qué cordobeses jodidos que hay!
Un abrazo y buenos brindis.

Marossa dijo...

Hola Tata, un honor tutearte.

Respaldada por el comentario anterior, ya que proviene "de un muchacho que sabe" según lo indica su blog, voy a exponer la teoría de un primo mío que vive en el campo cerca del Tala .
Es loco por los pájaros. Él dice que donde hay gatos no hay pájaros.Los gatos protegen a la casa de los ratones pero él quiere más a los pájaros, así que anda siempre poniendo veneno por los galpones ,incluso dentro de la cocina.Por otro lado, construye casitas para los pájaros y las cuelga, y les deja comida, por ejemplo encima del aljibe con roldana.Tiene unas enredaderas con flores como trompetas las que son muy visitadas por los picaflores en verano y bajo los aleros siempre hay nidos de ratoneras.
Cometí un error garrafal cuando mencioné el norte del Río Negro,ya que Los Plátanos está al sur de ese río.
No sé que pasa con las cotorras ,han desaparecido de los alrededores, pienso que deben haber emigrado para Colonia porque de bobas no tienen una pluma:)

Te repito,puedo ser el hazmerreir de todo Internet, pero yo creo que esos hermosos gatos son los culpables del silencio.

Muchos saludos y felices fiestas.



FLACA dijo...

Totalmente de acuerdo con Marossa, los gatos son lo peor que hay.

Anónimo dijo...

Flaca y Marosa; en parte tienen razòn; los gatos son cazadores de pàjaros, asì como los pàjaros son cazadores de insectos, malos algunos y buenos otros. (los insectos) Pero los gatos, asì sean dos o tres, no eliminan la vida en kilòmetros a la redonda. Eso solo es capaz de hacerlo el homo ¿sapiens? con su tecnologìa de avanzada.
Un motòn de felicidades y un abrazo fuerte

Anónimo dijo...

Bien Don Bosco!!!! eso son agallas pa'contestar.

FLACA dijo...

Qué pena Tata que tu admirador/a sea anónimo/a y no puedas saber quién es para hacerte amigo. Y qué pena, también, que haya gente que todavía entre a los blogs de nuestro grupo, y le sobre el tiempo para meterse en nuestras charlas escudándose en el anonimato para intervenir en nuestras conversaciones. Un abrazo