Ya, en cierto modo, me conocen. Mi nene, el Santi, sin autorización,(atrevido como siempre,) publicó el relato de mis recuerdos. Como se habràn dado cuenta, no nací ayer. Con mi amigo del alma, Häberli, que se me fue hace poco, decíamos que con Benedetti e Idea Vilariño, somos de la sub 20. Por el año en que nacimos. Los espero.Tata

lunes, 21 de marzo de 2011

Aqí me pongo a cantarte 2.


CANCIÓN PARA MI RÍO



El río, rumbo que canta,
fue mi maestro primero;
junto a su espejo viajero
creció indígena mi planta;
él me puso en la garganta,
las voces elementales
cuando en tardes estivales
pasaba verde su canto,
como un torrente del llanto
vertido por los sauzales.

Azul de noches serenas
penas de cielos nublados
cantos, de cantos rodados,
rodando por sus arenas;
ternuras dichas apenas,
rebeldías desbordadas,
súbitas luces robadas
a los cielos invernales,
cual si templara puñales
en sus entrañas heladas

También yo templaba un rayo
con avaricia febril;
juntaba estrellas de Abril
para mis versos de Mayo
Miré pasar, de soslayo,
mis colores alboreros
buscando los verdaderos
acordes del sentimiento,
junto al relincho del viento
desflecado en los esteros.
Y ambicionaba el arrullo
milenario de mi río,
para hacer el viaje mío
con la música del suyo;
cierta noche en que un cocuyo
pitaba en su placidez,
alcé mi canto, y tal vez,
por orgullo o por halago,
me puso el cielo del pago
con estrellas a los pies.
Y crucé por su picada
milagrosa de reflejos,
y él me encendió cantos viejos
por la sangre iluminada;
limpia luna cincelada
por su peregrinación,
cuajó el primer medallón
de mi rastra, y ya en orilla,
me encendió a maravilla,
del lucero en el talón.!
Destino dulce, y amargo,
de rumoroso sendero;
salí armado caballero
del canto y el viaje largo;
he dejado sin embargo
tan honda raíz en él,
{que aún soy, sobre el tiempo, aquel}
{muchacho del mojarrero,}
{que hizo un sueño marinero}
{para un barco de papel....}



miércoles, 16 de marzo de 2011





aquí me pongo a cantarte
con una voz de otros tiempos
unos cantan por ser más
yo canto por no ser menos


Así decía Fernán Silva Valdés en unas canciones que, cuando integraba la B. Municipal tocábamos en las escuelas. Esto viene al caso porque felizmente me reencontré con Grillo nochero, un libro de poesías de Osiris Rodríguez Castillo, las que me llevaron de la mano a los tiempos de mi niñez y adolescencia temprana. Nunca fui capaz de expresar en forma escrita mis sentimientos. Por eso siempre admiré a los dichosos que podían hacerlo, aunque muchas veces lo lograran a expensas (imitación mediante) del romancero español. Quiero compartir con ustedes algunos de, (lo que le llama él) poemas terruñeros. Este primero es un poco largo, y, tal vez a ustedes les resulte más, porque no compartieron como yo lo hice, el embrujo del agua, distancias y silencios. Pero creo les va a gustar. (Ojo; si hay alguna similitud, y no me refiero a la poética sino a las vivencias infantiles del autor y el de este club de lectores, es pura coincidencia)


CANCION PARA LAS PUAS DE MIS ALAS


Monte, fogón, y abrazo de guitarra.
y este colmo de grillos del silencio
y este dialecto líquido que pasa
con resaca de estrellas junto al ceibo
Por el aire, ciudades de luciérnagas
y una hogaza de luna, entre los dedos
de los árboles altos,
deja rodar migajas hasta el suelo

Lo sauces de la costa,
descienden en silencio,
su lluvia vegetal, enamorada
de la luz circular en los reflejos.....
El monte es un remanso donde se queda el tiempo..
Y aquí, donde dejase mi alborada
perdida entre los sauces,
me reencuentro
Me conocí, vagando por la costa
con meses de chicharra y mojarrero,
cuando entre fogonazos de churrinches
brillaba plata viva en los espejos....
yo merendé color en los chalchales;
me hundía en una réplica del cielo,
cobre de sol maduro por afuera;
rojo de sol naciente pecho adentro.

Un antiguo coloquio de torcaces
me ablandó el arenal, para los sueños
y la oración de manos en la nuca
que me llevó a los pagos del secreto

supe ser un gurí bien de la raza;
pero dejé en los libros el dialecto,
y perdí el fresco aroma de las flores
con nombre guaraní, que fue mi griego...

Junté polvo de trillo en la memoria
siguiendo el rumbo horizontal del tiempo,
y amaba el alma pálida de Europa
como a un flor anémica de invierno...

Hoy he vuelto a mis lares;
al remanso donde se queda el tiempo.
Regresé jubiloso a donde estaba,
tantas lunas atrás con mi dialecto.

Ya estoy en mí, y ascenderé mañana
rojo de sol naciente, pecho adentro,
con la misma pasión que por el alba
se despierta clarín el teru tero!

Resurgiré con púas en las alas,
de este colmo de grillos del silencio
de este dialecto líquido que pasa
con resaca de estrellas junto al ceibo!!

martes, 15 de marzo de 2011

Como recordarán, se me ocurrió la idea peregrina de un club de lectores, que tuvo una aceptación, si bien valiosa por los que se adhirieron, no numerosa. Peor para los omisos. Pero desde ya va la amenaza de publicar algo de -don Osiris , con comentarios y tal vez colaboración personal, por aquello de, en cierto modo, vidas paralelas. No en lo poético, (pobre Osiris), pero sí en aconteceres. De manera que, como decía mi vecino, aprontensén. Por supuesto, que el lei motiv es, cuando no, el río y sus aledaños. Aunque su río fuera otro. Pero todos, siempre, tienen en común el ser un cielo azul que viaja. De manera que a lo mejor hoy mismo arranco.

sábado, 12 de marzo de 2011




Hoy es 12 de Marzo. También un día como mañana, 13 deMarzo pero de 1947, apenas 64 años atrás, me traje a la Yaya p'al rancho. Y heroicamente, pobrecita, me aguantó casi 63.
Quiero, por eso, compartir este recuerdo querido. Sé que muchos de ustedes creen en el más allá. Yo, desgraciadamente aunque quiera no puedo hacerlo. Y muchas veces, quisiera no creer en el más acá. Si existiera el más allá, la Yaya querida ya estaría diciendo, como siempre. No hay caso; este hombre nunca va a tener juicio. No aprendió en 64 años. Y yo le contestaría también como siempre, negra; por suerte. Lo de rancho es tal cual; era una casa de, como dice la canción, lata por fuera y por adentro madera. Pero para nosotros preciosa. Y, operación bancaria mediante de 200 pesos, nos fuimos (por vez primera salíamos del país) a Bs. Aires. A lo mejor tengo suerte y el Santi coloca alguna foto de ese paseo de sus papitos, para así redondear el recuerdo.

sábado, 5 de marzo de 2011

Por lo que veo, la idea no fue muy brillante. Nos vale más a Marple y a Fenando escribir a nuestros correos o prestarnos los libros, ya que junto al Santi somos los únicos interesados en el asunto.

jueves, 3 de marzo de 2011

CLUB DE LECTORES - FRAGMENTO DEL CAPÍTULO 3 DE "CAÍN" DE SARAMAGO



COLABORACIÓN DE ANDAL13


Fragmento del capítulo 3 de “Caín”, de José Saramago.

Editorial Alfaguara, 2010

Traducción de Pilar del Río


“(…) Pronto se vio que las vocaciones de los dos niños no coincidían. Mientras abel prefería la compañía de las ovejas y de los corderos, las alegrías de caín iban todas con las azadas, los bieldos y las hoces, uno destinado a abrirse camino en la pecuaria, otro para singlar en la agricultura. Hay que reconocer que la distribución de la mano de obra doméstica era absolutamente satisfactoria, ya que cubría íntegramente los dos sectores más importantes de la economía de la época. Era voz unánime, entre los vecinos, que aquella familia tenía futuro. E iba a tenerlo, como en poco tiempo se habría de ver, contando siempre con la indispensable ayuda del señor, que para eso está. Desde la más tierna infancia caín y abel habían sido los mejores amigos, a tal punto llegaban que ni hermanos parecían, donde iba uno, el otro iba también, y todo lo hacían de común acuerdo. El señor los quiso, el señor los juntó, así decían en la aldea las madres celosas, y parecía cierto. Hasta que un día el futuro entendió que ya era hora de manifestarse. Abel tenía su ganado, caín su campo, y, como mandaban la tradición y la obligación religiosa, ofrecieron al señor la primicia de su trabajo, quemando abel la delicada carne de un cordero y caín los productos de la tierra, unas cuantas espigas y simientes. Sucedió entonces algo hasta hoy inexplicado. El humo de la carne ofrecida por abel subió recto hasta desaparecer en el espacio infinito, señal de que el señor aceptaba el sacrificio y de que en él se complacía, pero el humo de los vegetales de caín, cultivados con un amor por lo menos igual, no fue lejos, se dispersó allí mismo, a poca altura del suelo, lo que significaba que el señor lo rechazaba sin ninguna contemplación. Inquieto, perplejo, caín le propuso a abel que cambiasen de lugar, pudiera ser que circulara por allí una corriente de aire que causara el contratiempo, y así lo hicieron, pero el resultado fue el mismo. Estaba claro, el señor desdeñaba a caín. Fue entonces cuando se puso de manifiesto el verdadero carácter de abel. En lugar de compadecerse de la tristeza del hermano y consolarlo, se burló de él, y, como si eso fuese poco, se puso a enaltecer su propia persona, proclamándose, ante el atónito y desconcertado caín, un favorito del señor, un elegido de dios. El infeliz caín no tuvo otro remedio que engullir la afrenta y volver al trabajo. La escena se repitió, invariable, durante una semana, siempre un humo que subía, siempre un humo que podía tocarse con la mano y luego se deshacía en el aire. Y siempre la falta de piedad de abel, la jactancia de abel, el desprecio de abel. Un día caín le pidió al hermano que lo acompañara a un valle cercano donde corría la voz de que se escondía una zorra y allí, con sus propias manos, lo mató a golpes con una quijada de burro que había escondido antes en un matorral, o sea, con alevosa premeditación. Fue en ese momento exacto, es decir, retrasada en relación a los acontecimientos, cuando la voz del señor sonó, y no sólo sonó la voz, sino que apareció en persona. Tanto tiempo sin dar noticias, y ahora aquí está, vestido como cuando expulsó del jardín del edén a los infelices padres de estos dos. Tiene en la cabeza la corona triple, en la mano derecha empuña el cetro, un balandrán de rico tejido lo cubre desde la cabeza a los pies. Qué has hecho con tu hermano, preguntó, y caín respondió con otra pregunta, Soy yo acaso el guardaespaldas de mi hermano, Lo has matado, Así es, pero el primer culpable eres tú, yo habría dado mi vida por su vida si tú no hubieses destruido la mía, Quise ponerte a prueba, Y quién eres para poner a prueba lo que tú mismo has creado, Soy el dueño soberano de todas las cosas, Y de todos los seres, dirás, pero no de mi persona ni de mi libertad, Libertad para matar, Como tú fuiste libre para dejar que matara a abel cuando estaba en tus manos evitarlo, hubiera bastado que durante un momento abandonaras la soberbia de la infalibilidad que compartes con todos los demás dioses, hubiera bastado que por un momento fueses de verdad misericordioso, que aceptases mi ofrenda con humildad, simplemente porque no deberías rechazarla, porque los dioses, y tú como todos los otros, tenéis deberes para con aquellos a quienes decís que habéis creado, Ese discurso es sedicioso, Es posible que lo sea, pero te garantizo que, si yo fuese dios, diría todos los días, Benditos sean los que eligieron la sedición porque de ellos será el reino de la tierra, Sacrilegio, Lo será, pero en cualquier caso nunca mayor que el tuyo, que permitiste que abel muriera, Tú has sido quien lo ha matado, Sí, es verdad, yo fui el brazo ejecutor, pero la sentencia fue dictada por ti, La sangre que está ahí no la derramé yo, caín podía haber elegido entre el bien y el mal, si eligió el mal pagará por eso, Tan ladrón es el que va a la viña como el que se queda vigilando al guarda, dijo caín, Y esa sangre reclama venganza, insistió dios, Si es así, te vengarás al mismo tiempo de una muerte real y de otra que no ha llegado a producirse, Explícate, No te va a gustar lo que vas a oír, Que eso no te importe, habla, Es muy sencillo, maté a abel porque no podía matarte a ti, pero en mi intención estás muerto, Comprendo lo que quieres decir, pero la muerte está vedada a los dioses, Sí, aunque deberían cargar con todos los crímenes cometidos en su nombre o por su causa, Dios es inocente, todo sería igual si no existiese, Pero yo, porque maté, podré ser matado por cualquier persona que me encuentre, No será así, haré un acuerdo contigo, Un acuerdo con el réprobo, preguntó caín, sin terminar de creerse lo que acababa de oír, Diremos que es un acuerdo de responsabilidad compartida por la muerte de abel, Reconoces entonces tu parte de culpa, La reconozco, pero no se lo digas a nadie, será un secreto entre dios y caín, No es cierto, debo de estar soñando, Con los dioses eso sucede muchas veces, Porque son, como suele decirse, inescrutables vuestros designios, preguntó caín, Esas palabras no las ha pronunciado ningún dios que yo conozca, nunca se nos pasaría por la cabeza decir que nuestros designios son inescrutables, eso es algo inventado por hombres que presumen de tener un trato de tú a tú con la divinidad, Entonces no seré castigado por mi crimen, preguntó caín, Mi parte de culpa no absuelve la tuya, tendrás tu castigo, Cuál, Andarás errante y perdido por el mundo, Siendo así, cualquier persona me podrá matar, No, porque pondré una señal en tu frente, nadie te hará daño, pero, como pago por mi benevolencia, procura tú no hacer daño a nadie, dijo el señor tocando con el dedo índice la frente de caín, donde apareció una pequeña mancha negra, ésta es la señal de tu condenación, añadió el señor, pero es también la señal de que estarás toda la vida bajo mi protección y bajo mi censura, te vigilaré dondequiera que vayas, Lo acepto, dijo caín, No te queda otro remedio, Cuándo comienza mi castigo, Ahora mismo, Puedo despedirme de mis padres, preguntó caín, Eso es cosa tuya, en asuntos de familia no me meto, pero seguramente querrán saber dónde está abel, y supongo que no les vas a decir que lo has matado, No, No, qué, No me despediré de mis padres, Entonces, vete. No había nada más que decir. El señor desapareció antes de que caín hubiera dado el primer paso. La cara de abel estaba ya cubierta de moscas, había moscas en sus ojos abiertos, moscas en la comisura de los labios, moscas en las heridas que había sufrido en las manos cuando las levantaba para protegerse de los golpes. Pobre abel, al que dios había engañado. El señor hizo una pésima elección para inaugurar el jardín del edén, en el juego de la ruleta que puso en marcha todos perdieron, en el tiro al blanco de ciegos nadie acertó. A eva y adán todavía les quedaba la posibilidad de engendrar un hijo para compensar la pérdida del asesinado, pero qué triste la gente sin otra finalidad en la vida que la de hacer hijos sin saber por qué ni para qué. Para continuar la especie, dicen aquellos que creen en un objetivo final, en una razón última, aunque no tengan ni idea de cuáles son y nunca se hayan preguntado en nombre de qué tiene que perpetuarse la especie, como si fuese ella la única y última esperanza del universo. Al matar a abel por no poder matar al señor, caín ya dio su respuesta. No se augure nada bueno de la vida futura de este hombre.”

martes, 1 de marzo de 2011

¿ Que les parece?




Hola a todos. Luego de mi entrada anterior, se me ocurrió pensar que estaría bueno formar un club de lectores para así compartir, como sucedió con el río de Yupanqui, fragmentos interesantes de libros que no todos tenemos y muchos no se consiguen. Prometo que no copiaré nada del Quijote, la Divina comedia o la Odisea. Y mucho menos algo propio. No sé si la idea cuenta con vuestra aprobación.
Un abrazo