Ya, en cierto modo, me conocen. Mi nene, el Santi, sin autorización,(atrevido como siempre,) publicó el relato de mis recuerdos. Como se habràn dado cuenta, no nací ayer. Con mi amigo del alma, Häberli, que se me fue hace poco, decíamos que con Benedetti e Idea Vilariño, somos de la sub 20. Por el año en que nacimos. Los espero.Tata

viernes, 2 de enero de 2009

A los compinches.

Yo sé que estoy en deuda. (a lo mejor para suerte de ustedes) Pero algún día volveré.
Pero llegó el 2009, y como a pesar de eso permanezco, quiero hacer llegar a todos los cofrades, los compatriotas y los de allende el río y los mares, un abrazo enorme. No pongo lo que se estila en estas fiestas, felicidad, etc. etc., porque en ese abrazo, además del cariño, van todos los buenos deseos habidos y por haber. Otro abrazo más fuerte

sábado, 18 de octubre de 2008

SEGUNDA ENTREGA


Quedamos, en la entrega anterior, (no olvidar que este es un relato por entregas) en que de nuevo estaba en el pueblo. Pero papá había muerto estando yo en el seminario. La China y Lola estaban en Montevideo. Quedábamos Adela y yo solos en el pueblo. Así que marchamos a la capital. Viaje inolvidable. Salimos el 11 de diciembre del 1932 a las 12 y llegamos a Montevideo el día siguiente, el 12, a las 13. Viaje inolvidable. Al cruzar los puentes, arroyos como cintas bajo la luna, estaciones con gente despidiéndose y en el río Negro, bajo el puente donde nos detuvimos para que la locomotora cargara agua, una tortuga que llevada lentamente por la corriente. La recuerdo nítidamente. La máquina en las curvas resoplando y escupiendo humo y vapor, y al amanecer, la bruma que envolvía como gasas los árboles a la orilla de los arroyos.


Al llegar a la Estación Central, en Montevideo, nos esperaba mi cuñado al que le habían prestado un auto. Marchamos por 18 de julio, después por Avenida Italia y bordeamos el estadio construido dos años antes y dónde se ganó el primer mundial de fútbol de la historia. El mismo estadio donde después vi jugar a los para mí semidioses, Scarone, Petrone, Cea, Urdinarán, el manco Castro, Lorenzo Fernández, etc. todos campeones mundiales. Todos ellos, como lo dicen sus apellidos, auténticos representantes de la garra charrúa. Era un placer verlos jugar. Salían por supuesto a ganar siempre, pero a divertirse y deleitarnos. Ya sé, aquellos equipos no les ganarían a los de ahora; no tenían el entrenamiento profesional, no había táctica ni estrategia 4 2 4 - 4 3 3 etc. y si aparece un habilidoso, traumatología con el. Lo cuento y no me creen. En el nacional del quinquenio, (todos de pie) del 41 al 45, Ciocca, al que no lo paraban ni con un lazo, jugaba sin canilleras y de medias caídas. No sé si en todo ese tiempo estuvo con un par de lesiones menores. Te imaginás ahora. Sería habitué del CTI.




Paisajes y vivencias nuevas, experiencia distintas, pero pesar de todo, seguían siempre vivos el riacho, la pampita (la vaquita familiar), y los compinches de las tenidas de trompo, cometas, bolita, y, como dice el Sabalero, corridas de panaderos. No panaderos de oficio, sino las semillas voladoras de los cardos a las que llamábamos así, y no eran fáciles de alcanzar.

Una aclaración. Los acontecimientos para mí relevantes ni sueñen que aparecerán en orden cronológico. El orden de mis relatos es siempre caótico. Los acontecimientos siempre fueron “en aquellos tiempos".

Durante años soñé volver al pueblo. Cuando me atacaban las saudades, tomaba cualquier tranvía, cerraba los ojos, y el traqueteo de la ruedas era de nuevo el del ferrocarril que me acercaba a mis pagos. Y, aunque no lo crean, con la excusa de conseguir el abono más barato, invité a Pascual, un amigo, a inscribirnos en una escuela nocturna. Sé que es tonto; pero de esa manera quería rememorar mi niñez. Por supuesto, como dice el tango, que desencanto tan hondo.





La suerte quiso, (siempre la suerte me acompañó) que a poco de llegar a la ciudad fuera a vivir al mismo barrio donde lo hacía el que después fue mi maestro. Él era el flautista solista de la Ossodre. Si me hubieran dicho que 20 años después yo iba a ocupar su lugar, me hubiera reído. Él vivía frente a lo que hoy es Avenida Centenario, en ese entonces "el campito de Pérez" donde jugábamos al fútbol hasta la noche. Ahí me hice amigo de su hijo menor; y con Pascual, un componente de la barra, iniciamos una amistad que hasta hoy se mantiene. Somos bastante distintos en muchos aspectos, sin embargo, tenemos en común que nos puteamos y nos decimos lo que creemos nuestras verdades y nunca, (van 75 años que multiplicados por dos dan 150) hemos dejado de tomar una juntos en nuestros respectivos cumpleaños.

Cambiemos de tema. Ahora hablan de crisis. Crisis eran las de antes, la del 29, que aquí llegó a partir del 30, fue terrible. Con esa excusa, el presidente Terra, colorado él, dio el golpe de estado del 33. Suicidio de Brum, muerte de Grauert, y don Emilio Frugoni, rector de la universidad, atrincherado con los estudiantes resistiendo la dictadura. Por supuesto, lo sacaron de los fundillos. Pero dio el ejemplo y como las papas quemaban, a fines del 34 con mis 14 recién cumplidos, a trabajar de mozo en un boliche refugio de prostitutas y proxenetas (bah, cafishios de puta pobres les decían) situado en el barrio del Puerto Rico. El nombre lo tomó de un bailongo de hacha y tiza que funcionaba en un galpón con piso de tierra al que antes de empezar el baile regaban para aplacar la polvareda y donde a los milicos de la Guardia Republicana, (ahora coraceros) les hacían sacar las espuelas para entrar. Ahí inicié mis estudios secundarios. Los continué en una fábrica de bisagras, la herrería del que más tarde fue mi cuñado, y con un señor que construía casas como las de Jacinto Vera, casas de lata por fuera y por adentro madera.


Los estudios "universitarios" llegaron a los 17.

Pero antes, a los 15, llegó a mis manos no recuerdo cómo, aquello de Juana:


Descanso

Delicia, delicia de la casa en sombra
de la casa fresca bajo la canícula
de la mecedora y el libro en la verde
penumbra del patio techado de parras
donde runrunean avispas glotonas
y toda la siesta canta una chicharra.

Y luego, ¡delicia del sueño que afloja
la loca y eterna tensión de mis nervios!

Y pensé que no debajo de un parral, sino panza arriba en una enorme piedra de molino que había en casa, yo también disfrutaba de la sombra de un duraznero rosado en primavera y verde en el verano, también con un libro y en primavera, todo un enjambre de abejas y en verano escuchando no una, sino cien chicharras.


Entonces le pedí a un amigo que tenía un libro con sus poemas que me lo prestara. Cuando vi en la foto de la portada sus ojos y su boca, que para mis 15 años eran boca y ojos de diosa y leí cuando le canta a su río nativo, me enamoré sin remedio y para mi deslumbramiento final, “La hora” y “Amémonos”. Más de 40 años después, fui testigo y participé en su despedida definitiva, en el mismo Salón de los Pasos Perdidos donde hace 50 años la proclamaron Juana de América Fue despedida por su pueblo como ella lo quería. Recuerdo que Miguel Patrón que dirigió la orquesta con la que la despedimos, me dijo: “¿Viste Santiago, qué linda está?”. Y realmente se la veía plácida y en paz.
Para la gente actual es difícil imaginarse las que habrá pasado en el Melo de hace casi cien años una gurisa de menos de 20 capaz de escribir: “tómame ahora” y “amémonos”. ¿Se dan cuenta del espanto de las beatas y las señoras de Pro del pueblo? piénsese que María Eugenia Vaz Ferreira, cuando Juana le envió su libro, se lo devolvió por inmoral. Qué lo parió.

Y llegaron los 17 y como dije, mi ingreso a la "universidad".


Mi aprendizaje empezó empujando un carrito de mano lleno de casilleros de leche. Eran de hierro; el plástico no existía y las botellas por supuesto eran de vidrio. En la calle Paysandú había unos departamentos donde no había ascensor. Tenía que subir tres pisos con un casillero que pesaba sus 15 o 16 quilos. Realmente me enriquecí con experiencias que fueron también enseñanzas. Sirvientitas, (todavía no se les llamaba empleadas), algunas encantadoras y otras no. No sean mal pensados. Digo como seres humanos. Y muchos de sus patrones, que también eran muy buena gente. Era el año 37 y aunque no lo crean, muchos de esos señores, que económicamente estaban muy bien, no tenían auto. Todavía no era un artículo de primera necesidad. Y andando en la calle, aprendí un montón de cosas.

Como la Kasdorf, donde trabajaba estaba en Uruguay casi Paraguay, y en Paraguay antes de llegar a Uruguay estaba la Casa del Pueblo, me paraba a leer los editoriales de “El Sol”, diario del Partido Socialista, escritos por Don Emilio, siempre fui, hasta cierto tiempo muy ingenuo. Pascual dice que muy nabo. Cuando leí aquellos manifiestos, rebosantes de justicia, solidaridad y todos los elementos necesarios para redimir a la especie, me dije: lo que sucede es que la gente en su mayoría no sabe lo que es el socialismo. Hay que colaborar para que lo sepan, cuando eso suceda, el mundo va a ser una maravilla. Como ven, Pascual tenía razón. Y me integré a la Juventud Socialista. Fue una experiencia preciosa. Salíamos de pegatina; (eran las primeras elecciones ya terminada la dictadura) hacíamos el engrudo con agua, harina y soda cáustica, y a cumplir con nuestro apostolado propagandístico. Y volvíamos de madrugada felices por la labor cumplida. Casi nada; ayudar a salvar al mundo y en la Casa del Pueblo nos esperaban con panchos calentitos.




CONTINUARÁ

domingo, 28 de septiembre de 2008

Prometí contar cosas sucedidas...

...durante mi un poco larga existencia. Pero por lo mismo, todo de una vez no puede ser. De modo que, como dicen las buenas señoras de mi época, Dios mediante veremos en cuánto tiempo lo logramos. Acá va la primera parte
Como el viejo Caronte está ya sentado en la borda del bote con los remos en la mano para conmigo atravesar la Laguna Estigia, me ha dado por hacer un racconto de una cantidad de acontecimientos de los que algunas veces fui sólo testigo y otras también protagonista. No hay que olvidar que nací apenas 16 años después de la muerte de Aparicio Saravia, 2 de terminada la Primera Gran Guerra, y 70 de la muerte de Artigas. 18 menos de los que llevo al hombro. Todavía vivía alguno de sus contemporáneos.


Mi pueblo dormía con sus calles de tierra, alumbradas en las noches sin luna por faroles a mantilla, (no en todas las esquinas) rodeado de chacras que familias italianas habían instalado con ayuda del gobierno de entonces, a imagen y semejanza de las que dejaron, me imagino con que tristeza, en “il suo caro paese”. No recuerdo a los Nonos. Tenía menos de tres años cuando murieron. Pero sí, vagamente, (talvez por no haber visto nada igual) recuerdo la cama altísima con sus colchones de pluma, y una enorme escupidera de loza con su tapa labrada. Al nono le habían prohibido el vino. Entonces, cuando no lo veían, se escapaba a la bodeguita, le sacaba la goma a la máquina de sulfatar, la metía en el espiche del tonel, y se sacaba las ganas. Hasta que lo descubrieron. (prohibidos los lugares comunes, como hijo, nieto o biznieta-biznieto de tigre.)

En las esquinas de los almacenes había palenques para que los clientes ataran sus caballos.
Las lavanderas, casi todas brasileras, (no olvidar que éramos fronterizos, el portuñol era el idioma obligado) pasaban frente a casa rumbo al río con sus enormes atados de ropa en equilibrio sobre su cabeza. En las crecidas periódicas, todavía bajaban por el río la jangadas,(balsas les decíamos) con uno y a veces dos ranchos al lado de los que las mujeres, en morteros que se hacían ahuecando troncos, machacaban el maíz para hacer la mazamorra.



Un día, medio pueblo se había congregado frente a la casa del juez; él era uno de los pocos privilegiados del pueblo que tenía una radio; milagro reciente. Para el pueblo, claro. Y ahí, fuimos testigos lejanos pero asombrados de la llegada a Montevideo del Plus Ultra, aeroplano pilotado por Ramón Franco, hermano de Francisco, asesino de media España. Por primera vez a través del Atlántico, se unía Europa con América del sur.





PLUS ULTRA SOBRE BUENOS AIRES


Y hablando de aeroplanos, (todavía no eran aviones) el primero en llegar significó un acontecimiento al que no quedó nadie del pueblo sin ir a contemplar. Aterrizó en la cancha de fútbol.

No recuerdo la olimpiada del 24; pero sí fui protagonista en la del 28 y el mundial del 30; las dos finales ganadas a los argentinos 2 a 1 y 4 a 2. Fuimos todos en patota con cornetas y tambores a babosear a los vecinos de Monte Caseros, en el lado argentino. El río es ancho, pero se ve muy bien la otra orilla. Por supuesto estaba desierta. No se veía ningún correntino. Parece mentira; pero éramos dos pueblos verdaderamente hermanos. Como decía don Verídico, fóbal es lo que tiene.


La llegada de la electricidad fue memorable. Papá me decía; vas a ver que cuando la instalen, por oscura que sea la noche vas a poder ver un gato a más de una cuadra. El día de la inauguración, todas las casas abrieron puertas y ventanas, y encendieron sus lámparas uniéndolas a las de la calle. Banda de música, cohetes y festejo general, discursos incluidos.
A pesar de todo, en las afueras se podían ver nítidamente las tres Marías, las Siete Cabritas, la Cruz del Sur y la Vía Láctea, que para un gurí soñador era un camino luminoso poblado de misterio. Y, en Noviembre, no sé por qué, centenares de estrellas fugaces. Después, nunca más las vi con esa magnificencia ni en Pirlápolis, cuando salí a buscarlas, campo afuera, ya con más años a cuestas. Por más que me alejara, siempre había polución luminosa. Quien no vio una noche de verano del norte cuando no hay más luz que la de las estrellas, por más que quiera, no puede imaginarse lo que son. Por algo, hace unos miles de años, los griegos llenaron de dioses el Olimpo. Les bastaba mirar el cielo en una noche serena de verano para inventarlos.


Vi llorar a papá cuando murió, según él, el último de los tres José; Artigas, Varela y Batlle, forjadores del paisito. Y a medida que pasan los años, le doy cada vez más la razón. Igual que en Montevideo, la gente, el verdadero pueblo, lloraba a su representante. Lástima que se hizo verdad aquello de que nunca segundas partes fueron buenas. Y lo peor es que hay algunos hijos de puta que aún ensucian su nombre.


Después, en el 31, a Salto, al seminario. Otro mundo, asfalto, ví el progreso, (para mí) era el 31. Un tranvía de caballitos, agua corriente, luz eléctrica sin que se vieran los cables, y water con cisterna. .
Después en la Catedral todavía en construcción, las columnas de estuco imitando mármol, con sus artesanos italianos a los que todavía oigo cantar.
Y a las que me acerqué incrédulo , muchos años después, para encontrarlas como si hubieran salido de las canteras de Carrara. Esa gente ponía no solo oficio en lo que hacía, sin también amor.

Y, en la misma catedral, el funeral dedicado al poeta de la patria, don Juan Zorrilla de San Martín. No hay que olvidar que fue un católico militante. Habían levantado un catafalco espantoso forrado de negro. Él, con su estilo ampuloso de la época romántica, como dicen los gurises, ya fué. Pero cuando releí el inicio de "Tabaré"…


“Cayó la flor al río,
los temblorosos círculos concéntricos,
balancearon los verdes camalotes,
y en el silencio del juncal murieron.”


…yo, todavía adolescente, volví a verme con los pies en el agua, sentado en una piedra a la orilla del río de mi infancia, pescando,(es un decir) bogas, y viendo caer no una flor, sino una oreja de negro como le llamábamos a la semilla del timbó, para formar círculos concéntricos, que no morían en el silencio del juncal, pero sí balanceaban camalotes.

Y le digo a la Flaca que siga siendo cursi. Es precioso. Yo lo soy. Y a mucha honra.

Y volvimos al pueblo, para marchar a Montevideo. Pero eso es otra historia. Dios dirá.

domingo, 21 de septiembre de 2008

¿Que son 88?

Gracias a todos los de la patota que se acordaron de saludarme. Estuvimos con toda la flia de cuchipanda parrillera. Prometo contarlo, y añadir algo que me dió por pensar cuando me di cuenta del montón de años acumulados. Y es la cantidad de sucesos de los que fuí contemporáneo, y en muchos casos testigo. Un abrazo a todos


sábado, 6 de septiembre de 2008

CONSEJOS





Hoy Liliana ordenando su cuarto encontró y me trajo el borrador de unos consejos que pensé necesarios hacerles llegar a ella y a Tania, para cuando fueran a vacacionar a Garopaba. Yo había estado ahí un año antes, decidido a comprobar si no era exageración lo que decía Santi. El aseguraba que había descubierto el Edén. Estoy hablando, (escribiendo) del año 2001. Después de mi experiencia garopabense, me creí en la obligación de dedicar algunos consejos abuelopaternales para ayudarlas a soportar tan difícil trance. Aquí van titulados tal cual se los hice llegar. Dejo constancia que fue Liliana quien me aconsejó compartirlos con ustedes, por si les da por hacer el sacrificio de pasarse unos día en ese lugar.
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Consejos abuelo paternales que ayuden a una estadía que ojalá sea llevadera en un lugar como ese, inhóspito y estresante, rodeado de un paisaje monótono y nunca cambiante. Si los siguen, tal vez la estadía se les haga un poco menos dura.




(1º) No abusar de la caipirinha.


(2º) El tercer día, después de descansar del viaje y reponerse del efecto de la caipira consumida durante los dos anteriores, si el tiempo está bueno, (si no es así, pagarme pasaje y estadía para futuras vacaciones; tengo pacto con el sol), madrugar, y, una vez realizadas las abluciones matinales, salir a caminar por la playa, cruzándote con pescadores sentados frente a la postal de cada una de sus barracas casi irreales, tropezar con urubúes que que se apartan saltando de costado para dejarte pasar, garzas blancas en la orilla esperando pececitos distraídos, gaviotas por docenas, y, allá arriba, ¿albatros? que planean sin mover las alas, a lo mejor mirándonos con lástima. Y no siempre, pero hay días en que te podés tropezar con Julián, un pingüino simpático al que le puse ese nombre, que un día apareció en la playa y se quedó a vivir con un pescador. Te podés acercar, que se va a seguir acicalando sin darte pelota, mrando de vez en cuando de costado pero sin alejarse.



(3º) No abusar de la capirinha.


(4º) (Esto es continuación del 2º, algo que se me quedó en el bolígrafo) Vas a ver que el entorno y la playa nunca están iguales; cambian cada día.
Ojalá te toque un día en que los morros parezcan flotar sobre la niebla y el mar, como sobre algodón transparente. Claro que para eso hay que madrugar. No creo que Tati te acompañe. ¿se animan?
Donde seguramente te acompañará, pues vale la pena, es en el ascenso que debe ser nocturno,(puede ser diurno pero no es lo mismo), hasta la iglesia. Lo ideal es hacerlo en una noche serena; yo tuve suerte y se dió. Les cuento mi experiencia. Subí lento, imaginándome acompañado por las sombras de los que jamás dudaron que el subir esas escaleras los acercaba a Dios. Felices de ellos. Para no defraudarlos, (a los que buscan a Dios), cuando lleguen al primer descanso hagan una parada para mirar la ensenada y el pueblito que empieza a mostrarse; acérquense a una planta que crece sobre el lado izquierdo, (mirando hacia la iglesia) que tiene en las hojas, semejantes al lazo de amor, un brillo especial en la noche, y, desde ahí, mirando a la calle que trepa hacia el morrinho de la izquierda, si todavía no les quitaron las luces, las casitas iluminadas para navidad y año nuevo. Casualmente, mientras escribo, suenan las campanas dela misa de las ocho. Después, cuando ya no les quede nada por ver, aunque siempre queda algo, suben, si son capaces (cosa que dudo) de mantenerse en silencio, hasta la iglesia. Desde llí se ve el casco viejo del pueblo, y las curvas de la costa que dibujan las luces de los pueblitos. Y si se paran junto a la cruz con su inscripción ingenua, se van a dar cuenta de que si por casualidad existe Dios, anda por ahí nomás.
Ojalá no haya gente, o por lo menos no mucha; porque donde la hay, el pobre Dios no tiene sitio. O no lo encuentra.

(5º) Seguro que con el Santi van a ir a distintas playas; pero alguna vez báñense en la rinconada. Aunque a veces no está muy limpia, igual vale la pena. Tienen que buscar el sitio desde donde se ve la iglesia. Entonces, como dijo Gabriela, se estarán bañando en una postal.
A la izquierda la casita de madera sobre las rocas, después el boliche de la costa, allá en lo alto la iglesia, y a la derecha la heladería de Lucas, la casa de las santa Ritas y los ranchos de los pescadores. Capaz que por ahí también anda Dios. Lo demás, ya lo van a descubrir por sus propios medios.




(6º) No olvidar que la sobriedad es la salud del cuerpo y el vigor del alma. Y no solo la sobriedad; también la frugalidad, la circunspección y la templanza.



Epílogo

Los consejos de frugalidad, circunspección y sobriedad, son para tener en cuenta durante el año lectivo y laboral. Y sin fanatismo. En vacaciones, el consejo paterno abuelal es mandar todo a la puta y darle de punta al vicio.
Después de todo, la vida es como la madre; hay una s0la

domingo, 24 de agosto de 2008

Nostalgias

Andrea y La Flaca me conminan al unísono a hacer acto de presencia en la comunidad bloguera. A veces se dan esas extrañas, (o no tanto) coincidencias. Hoy, como estuvo la hija de una brasilera ex esposa muy querida de un alumno ahora radicado en Venezuela, y que compartió muchas vacaciones con nosotros en Piriápolis, (´éramos vecinos), y a la que prometí enviar copias en dvd de las filmaciones que tengo de esos tiempos felices, mientras los elegía, yo tambbién, antes de la noche, sentí muy hondo la nostalgia. Los ví llegar al Santi y a Beatriz escorados no sé si a babor o estribor después de querer explorar sin bajarse de la moto , el fondo de la cuneta al borde de la carretera. No se imaginan el susto. Y a mí con mi socio de pesca y aventuras, el hoy fantasma de García, con sus nueve añitos cargando arena y haciendo columnas para el cerco. La Tati estudiando flauta dulce bajo los laureles en flor, y las mañanas deslumbrantes y atardeceres increíbles, a los que la cámara todavía nuevita reflejaba casi en toda su gloria. Así que no me vengan. Nostalgias eran las de antes. Ahora; una acotación no tan al margen. El Santi me rezongó por mi haraganería. Andrea y la Flaca me lo reprochan casualmente el mismo día. ¿casualidad? No importa . Después de todo, si no lo es, detrás hay afecto. Que, por supuesto es recíproco

viernes, 1 de agosto de 2008

El water del Dr. Penza




Habrán visto en los informativos la imagen de un water artístico en el que ya se quisiera sentar la reina madre de la Gran Bretaña. Cuando lo ví, lo primero que dije fue: lo conozco. Ese aparato lo ví cuando, en ocasión de hacer entrega creo la familia del Dr.Penza, (que era un personaje emblemático de Durazno) de la casa que le perteneció, a la Intendencia local, con la condición que esta fuera convertida en conservatorio musical, y fuí invitado a inaugurarla con un recital de flauta. El Dr. era un entusiasta flautista amateur. Estuve buscando el programa con fecha y obras, que por supuesto no enc0ntré, pero que prometo hacerlo. (no olvidar que los genios somos desordenados) . La casa toda es una maravilla. Evidentemente don Emilio, creo que así se llamaba, era un señor muy especial. La cochera era enorme, me contaron que cuando empezó a ejercer en el pueblo, lo llamaran a la hora que fuera y de donde fuera, siempre el cochero enganchaba los caballos, que parece eran de exposición, y no importaba la condición social del paciente, allá estaba el Dr. Penza. Por supuesto que fue la primera casa de Durazno que tuvo baño interior; y water no te digo nada . Me contaron una anécdota que no se si será verdadera o inventada. Parece que en el transcurso de una discusión entre dos paisanos en un boliche, uno le dijo al otro; claro, estás agrandado porque te sentase en el escusado del Dr. Penza. Se non e vero.... Quiere decir que ese aparato y esa casa, tuvieron el honor de pasar a la posteridad bajo mi tutela artística. Por otra parte, tuve que vencer la tentación de apoderarme de dos flautas de plata grabadas que fueron del dueño de casa, y estaban en una vitrina como un desafío.
Realmente, me quedó un hermoso recuerdo de esa experiencia. El esposo de la pianista que me acompañó, más unos cuantos amigos,me acompañaron a la Onda; pero como el ómnibus salía a la cuatro de la mañana, ellos se quedaron también. Es realmente un precioso recuerdo el de ese día.


viernes, 18 de julio de 2008

no hay duda. quise escribir como la gente con mayúsculas y todo, no sé que tecla toqué y se me armó un despelote al que no pude corregir. ni siquiera eliminar. así que se imaginan si tengo razón en lo de las excursiones. ya que se trabucó la cosa les cuento, para no hacerlo después, lo que me, nos pasó a la yaya y a mí las veces que quise independizarme . en parís era domingo y le dije a la yaya: vamos al louvre. ¿en taxi? ¡No,! en subte. nosotros estábamos en el barrio de la defensa, en el parís, allá decían del 2000 . había que atravesar el sena, y tomar el subte en la terminal. yo, como sacando un pasaje válido por diez usos era más barato, en mi francés del puerto rico se lo pedí a la muchacha. subimos con la yaya, y, según creí, la tercera estación era la del louvre. llegamos, nos bajamos y: ¡pero esto no tiene nada que ver. entonces me fijé en el planito y resulta que era la tercera estación importante; pero había, señaladas con puntos chiiquitos, las intermedias. la yaya quería volver al hotel. me puse, por una vez los pantalones, y dije; ¡al louvre! volvimos al subte, puse la tarjeta en el molinete, y cuando quise entrar, me reventé las partes pudendas contra el mismo. la desgraciada me había dado pasaje para una vez. a pagar de nuevo y al louvre. llegamos, busca que te busca donde pagar hasta que alguien me dijo; los domingos es gratis. que les parece. tengo que contar dos más de este tipo que me, nos sucedierio. ¿se imaginan andando solo por esos mundos de dios? benditas sean las excursiones . en este caso, no los últimos, sino lo segundo (sin los líos que se armaron al final, son lo primero)
Por lo que veo, segùn Andrea y el Santi, solo merece llamarse viaje aquel que se hace individualmente. En mi caso, de haber pensado así solo habría viajado a Argentina y Porto Alegre. no digo Brasil, porque a Río y Bahía lo hice en excursión. Islas incluídas. A cataratas y Asunción, más ruinas jesuíticas,que fué mi primera salida grande, en el 79 u 80, (me equivoqué en lq edad , tenía 59 o 60, ) más todas las otras, Europa, uba ejico achu

domingo, 13 de julio de 2008

para andrea, que recordó mi condición de padre para saludarme y reprochar mi haraganería, así como para todos los cofrades, prometo contarles lo de la muy feliz cuchipanda de hoy con mis nenes y familia, con todos los detalles. un beso colectivo

jueves, 26 de junio de 2008

EL MAGO ¿DE DÓNDE ERA?

En el mes de don Carlos, quiero contar más de los recuerdos y emociones que me regaló ese señor. Han hecho toda una novela barata sobre su nacionalidad. Si uruguayo o francés. Él mismo y Leguisamo después, dijeron que era nacido en Tacuarembó. Pero Gardel era porteño. Pero no fanfarrón. El lugar de nacimiento es secundario. Seguramente nació en el Uruguay; pudo haber nacido en un barco o en Porto alegre; pero se crió, pasó su adolescencia y el resto de su vida en Bs. Aires. Y, como dice Discépolo del tango, en la letra del Choclo, ahí, en ese lugar, subió del sórdido arrabal buscando el cielo. Sus inicios como cantorcito de barrio, haciendo sus primeros pininos en los boliches de barrio y tirando la manga, (era una costumbre en los cafetines de acá y seguramente también de allá), hasta el triunfo y la fama. Todo eso lo vivió en su Buenos Aires querido. No tendría , seguramente buenos recuerdos de su infancia. ¿Se iba a sentir uruguayo? Saco esta conclusión , porque yo estuve hasta los doce años en mi pueblito querido, tengo recuerdos de mi infancia feliz, lo hermoso de mi río, las callecitas dormidas del pueblo y las distancias llenas de sol. Pero aunque recuerdo eso con cariño, mi verdadera vida transcurrió en mi querido y viejo Montevideo. La barra de amigos cantando en las esquinas, el boliche del Puerto Rico con sus putas, payadores, cafishios y cantores baratos, los primeros bailes, (milongas), los primeros amores, los paseos de los fines de semana en la Unión, preciosa costumbre pueblerina, por las veredas de 8 de Octubre desde Plata, hoy Laborde, hasta Comercio. Ida y vuelta, las veces que fuera necesario, a tirar el anzuelo. Aunque como siempre, las dueñas del anzuelo eran ellas. Y, en las tardes de verano, con la gente que sacaba las sillas a la vereda, pasar a su lado, y aunque no te conocieran, te hacían el regalo del saludo. Son cosas que ya hace mucho que se fueron, pero, ya lo dijo don Antonio, todo queda. Aunque no lo crean, cuando veo filmaciones, aparecen las viejas esquinas y las calles con sus tranvías, y parafraseando a don Atahualpa, la nostalgia me trae un dulzor amargo. Me fuí por las ramas; pero la culpa la tiene el Mago. Porque si como dice el tango; en este Montevideo tan perdido y tan chiquito que en el mapa no se ve, a uno le pasa eso,¿imaginan si a Carlitos, después de atesorar las recuerdos y emociones, amores y triunfos hasta llegar a la gloria, todo en su Buenos Aires querido le fueran a preguntar si era uruguayo? No jodan con el patrioterismo barato.
Que barbaridad; palabra de honor; había pensado iniciar hoy la explicación del porqué, desde mi punto de vista de intérprete, este señor es un maestro insuperable. Pero todo se andará. Ahora; que la Flaca no espere una clase magistral. Serán simples consideraciones fruto tal vez de mi afán de aprender para enseñar.

martes, 24 de junio de 2008

EL MAGO 2

Hace unos minutos, había escrito una entrada que me quedó de película. (de Gardel), pero sucede que cuando quise publicarla, este aparato me dijo que el blog no estaba disponible. Con mi proverbial inteligencia, cerré para conectar de nuevo, y se me borró todo. Como soy delicado, no publico lo que dije.
De manera que espero recordar lo dicho.
Hoy hace 73 años de la partida.
¡Cuánta gente ha nacido y se ha ido en ese lapso! cuánto han cambiado las costumbres, los valores, y cuánto el concepto de esos valores en el arte popular. Sin embargo, ahí está, inconmovible, ese personaje. Este comentario se coló involuntariamente. No pensaba hacer ninguno. Solo quiero contarles que, como con la República salieron dos videos con las películas "Cuesta abajo" y "El día que me quieras", las estoy viendo y recordando tiempos queridos.
Las películas, el guión, los actores de reparto , el Mago como actor, no tanto la ambientación, le ganan por lejos en lo cómico a Chaplin. Pero cuando canta Él (¿viste Flaca que aprendí?), todo se ennoblece.
Y como todavía no murió del todo el quinceañero de entonces, a pesar de la pobreza de la película, pero como los protagonistas hablaban y pensaban como en esos tiempos, todavía se te entibia un poquito el corazón.
Voy a hacer un montaje con las canciones de las películas en dvd, para los que quieran tenerlas, no como dice la Flaca con pretensiones de clase magistral, sino como un análisis desde el punto de vista musical de un intérprete de otra disciplina artística, al que le hubiera gustado tener el talento y la capacidad de comunicación de ese señor.
Eso va a estar a disposición de los globeros a quienes les interese. Pero como todo tiene su precio, puse un representante que se encargará de las transacciones. El Gaucho del alambique. El pago será en especies; y, de acuerdo al cobrador, el destilado puede ser de orujo, después de todo la grappa es noble y criolla, o de cebada. al fin y al cabo, los escoceces también son humanos.
Hasta la próxima.

domingo, 22 de junio de 2008

EL MAGO

Aclaración. La Flaca publicó además de la foto famosa, una preciosa nota sobre el Mago. La leí y la disfruté; pero cuando escribí un comentario, con mi proverbial habilidad, en el sitio de la contraseña puse la dirección y viceversa. Cuando quise publicarlo, se me borró. Y como se acerca el aniversario de la partida del Mago hasta el siempre acá, las anécdotas del Becho harán un compás de espera.

Quiero contar mi encuentro con ese personaje que encarnó toda una época que vive solo en el recuerdo de unos pocos; pero que él, como genuino representante de esa época, la mantiene viva en ese recuerdo, y es admirado por una legión.
En mi pueblo, allá por los años 30, solo había visto en un muro escrito el nombre de Rosita Quiroga. No sé si había en total cuatro radios; y no te digo nada las victrolas; eran un lujo. Entonces, cuando llegué a Montevideo y en casa de mi tía Catalina, hermana de mi padre, los primos estaban, pegados a la victrola recién comprada
escuchando Yira Yira, dije:¡Pah! ¿quien es ese cantor? ¿quien va a ser? Gardel. ¿y quien es Gardel? No lo podían entender. A principios del 35, con mis 14 años y hasta mediados del 36, trabajé de mozo en la Picada, un boliche en el Puerto Rico, un barrio de rompe y raja, al que, cuando demolieron la muralla para hacer la rambla y eliminaron el bajo, las chiquilinas más baratas fueron a establecerse y a vender amor. En ese boliche, cuyos habitués por supuesto eran prostitutas y proxenetas, (proxenetas es un decir); les llamaban cafishios de puta pobre, y en realidad lo eran. Las mujeres en general, salvo un par de excepciones eran buenas personas. Me tomaron cariño y se divertía haciéndome cosquillas en partes prohibidas. Claro; yo, como seminarista era virtuoso. En ese boliche, se escuchaba todo el día radio Fénix; una emisora que durante todo el día pasaba más o menos el 60% grabaciones de Gardel, y después Magaldi y otros pocos cantores del momento; además de Canaro y alguna otra orquesta que no recuerdo. Me sabía todo el repertorio gardeliano de memoria. A veces venía algún payador. Eso era en Montevideo en el 34; ¿como serían los boliches del Mercado del Abasto y el mismo barrio del B. Aires de 1903, donde Gardel iniciaba su vida?. Imagínen el nivel cultural. En mi caso, los habitués del boliche se asombraban de mi erudición. 5º de primaria y 15 meses de Seminario. ¡habla como un libro! Sin embargo, en su caso, y a pesar del ambiente negativo, si uno escucha sus grabaciones iniciales, a medida que transcurre el tiempo va a encontrar una mejoría constante en lo interpretativo. Es que evidentemente era un tipo muy inteligente, y si bien en lo musical puramente intuitivo, (apenas rascaba la guitarra de oreja pues no sabía música), tenía algo que no se compra ni lo da Salamanca. Un talento que ya se lo quisieran muchos divos para un día de fiesta. Ví todos los estrenos de sus películas. Cuando canta volver, Cuesta abajo, Por una cabeza y sus ojos se cerraron, se armaba un escándalo de aplausos y zapateos que el que proyectaba la película tenía que rebobinar y pasarlo de nuevo.Juntábamos unos reales para ver otra vez la película. Hasta que el 24 de Junio del 35, el hijo del dueño de la casita que alquilábamos llegó con la noticia. ¿Viste, se mató Gardel. Andá, mire si se va a morir Gardel. Nadie lo quería creer. Y tenían, teníamos razón. No murió. Ya es más de media noche; mañana sigo

martes, 17 de junio de 2008

Becho. Fascículo segundo



Me voy a confesar. Normalmente hago un borrador para más o menos poner en orden las cosas. Hoy no pude hacerlo; leí los comentarios, y veo que les interesa; por lo que trataré de recordar tantos momentos vividos cerca de ese personaje. El era íntimo de Häberli, mi amigo del alma. Por consiguiente, también mío. Sin embargo, como con sus compañeros de atril puede decirse que se había peleado con todos, (por una semana, más o menos), y en la orquesta estábamos muy cerca, yo pensaba; cuando me tocará a mí. Y no pasó mucho tiempo. En un ensayo, nada menos que con Blech, un director argentino, exelente como director pero insoportable, en determinado momento, cuando el dire se estaba poniendo pesado, el Becho hizo en la cuarta cuerda, un glisado descendente que recorrió el diapasón desde desde el clavijero hasta el puente. Entonces; ¡pero Becho; un músico como vos haciendo eso en un ensayo!. La respuesta fue inmediata. - ¿Me vas a enseñar a mí, como comportarme en la orquesta?. No me hables más. Se imaginan; yo interiormente muerto de risa. Por supuesto desde ese momento no le hablé. No recuerdo si a la semana o los diez días, en un viaje de la orquesta al interior, en un momento que mi compañero de asiento se levantó a hablar con alguien, el Becho se sentó a mi lado, me puso la mano en el hombro, y: -Santiago; dos amigos como nosotros no pueden estar distanciados por una cosa tan sin importancia. Becho; fuiste vos que me prohibiste hablarte, - Bueno, sabés como soy yo. Perdoname. Y la paz fue de nuevo. Continuará

lunes, 16 de junio de 2008

Becho. Fascículo primero.

Hola; dicen que nunca es tarde cuando las cosas llegan. La Flaca me ha pedido que cuente cosas que tengan que ver con el Becho. Hay un montón. Los parámeteros suyos nada tenían que ver con los del resto de los mortales. Era un personaje irrepetible. Cuando los primeros días del mes tenía algún peso, si alguien le pedía un préstamo sin preguntar se lo daba, y jamás lo reclamaba. Pero si le prestabas algo, tenías que olvidarte; se le había anticipado a Tabaré en lo del nunca más.
Invariablemente llegaba tarde a los ensayos; Balzo, en ese entonces director artístico, nos dijo a los delegados. (la orquesta tenía tres), que la cosa no daba para más. Balzo, como todos , lo quería muchísimo. Entonces lo abordamos y le dijimos que no teníamos argumentos para defenderlo. ¿Saben lo que pasa?. Estudio hasta las cuatro en la quinta, (era la de la familia de Reené Pietrafesa) y claro; me duermo. de ahora en más lo voy a hacer en la sala de la lírica, (era donde ensayaban los coros) me acuesto en un palco, y cuando llegan para el ensayo me despierto. Se despertó en el intervalo.
Zitarrosa dió dos recitaleas en el Solís; además de las guitarras de siempre se añadió una orquesta de acompañamiento. No podían faltar el Becho y su violín. El Solís, por supuesto, lleno. En el intervalo fuimos al boliche de la esquina, frente al teatro; lugar de reunión de actores y músicos. Cuando llegó el momento de volver le digo: Becho; mirá que es la hora. --En la primera canción no toco. ¿estás seguro?. No soy un irresponsable. Alfredo, con su eterno vaso de escocés en la mano nos vió llegar, y , conociendo el paño.¿y Becho?. dice que en la primera no tiene parte. Alfredo estaba furioso, era un profesional como Dios manda. Pero era el Becho, y para él las reglas eran distintas. Hoy no puedo seguir el relato; pero prometo que si les interesa, hay un montón de recuerdos entrañables que tienen que ver con ese entrañable e inolvidable personaje

sábado, 14 de junio de 2008

FE DE ERRATAS




Fe de erratas. Como tenía in mente la parte primera de mi receta, (mis obras de arte culinarias necesitan tiempo para desarrollarse) me olvidé de dos cosas fundamentales. Una, el apio; puchero o cocido que se respete, no puede prescindir de el. Y, los boniatos y las papas, (patatas para los habitantes de la madre patria) que se ponen a cocinar al día siguiente, luego de haber liberado al caldo de la grasa que se coagula durante la noche y sube a la superficie. Así, el colesterol se siente frustrado. En mi caso, como tengo en la azotea de un galpón un granja ecológica, compuesta por varias macetas en forma de balde de albañil o de recipientes varios, le añadí una pequeña porción de ajíes jalapeños de mi cosecha. El Santi fotografió esa naturaleza muerta y muy bien cocida acondicionada en una fuente. Posiblemente la publique.

viernes, 13 de junio de 2008

PUCHERO



Realmente, esa muchacha andal 13, además de provocarme con su engendro, el gaucho pata rajada, se lanza al ruedo con recetas cuyo título nos muestra al viejo Eros al acecho. Entonces, y como invité a le Santi y Sra. a venir mañana a comerse un puchero histórico, va la receta. 1º Colóquense en un recipiente adecuado, (me refiero al día anterior), 300 o 400 grm. de garbanzos en remojo. Si, como ahora el frío es intenso, es mejor en agua tibia. 2º En una olla adecuada a la capacidad devoradora de los comensales, (yo sé porque lo digo), el orden no es muy importante; una cebolla grande, cortada en trozos no muy pequeños, dos puerros, dos nabos, un par de zanahorias, (a gusto) un quilo y medio de matambre grueso, puede ser otra carne,una buena cantidad de panceta ahumada, una longaniza cortada en rodajas, seis chorizos puro cerdo, y a hevir. Me olvidaba; choclos a gusto. Yo puse cuatro. Cuando los chorizos y los choclos estén cocidos, retirarlos y dejar que los otros elementos se sigan cocinando. Luego, con el caldo de la cocción, en la olla a presión cocinar los garbanzos 30 a 35 minutos, así toman el sabor glorioso del puchero del tata. Cuando lleguen los comensales, (en mi caso el Santi y Beatriz) , aplicarles una dosis de escocés o de grappa con limón,(mi especialidad), así, no tendrán más remedio que decir que estaba riquísimo

martes, 10 de junio de 2008

La Flaca quiere que cuente recuerdos de nuestra compra del terreno de Piriápolis y las consecuencias de esa compra. Construcciones, ilusiones, recuerdos felices ligados a esas ilusiones que se iban haciendo realidades. Liliana con sus seis añitos, los catorce del Santi, y nosotros con cuarenta y cinco menos. Todo era solo mirar hacia adelante. Ella. la Flaca lo sabe. El terreno no está cerca de la playa; hay que caminar un quilómetro, y en cuesta arriba para encontrarlo. Pero sí está rodeado de cerros, frente a un precioso parque, (el de la fuente de Venus), lleno de árboles y pájaros. El haber elegido ese lugar no es casualidad. Cuando la madrina de un alumno me pidió que la llevara, (ella no tenía locomoción) a ver unos terrenos, la convencí de no comprarlo en el pueblo. No tenía sentido salir de un ruido para meterse en otro. Y había unos hermosos en las afueras. Claro; no´estaba como en mi niñez la distancia silenciosa quemada por el sol del norte. Pero habían, sí, espacio, sol y cerros, algunos lejanos y, muy cerca, casi protegiéndonos el del Toro, cubierto de árboles que se pintaban de colores increíbles en las mañanas y las atardecidas. Marisa, la madrina de mi alumno, compró uno, (habían dos), y yo me anoté en el otro. $700 de entrega y 90 por mes. A la Yaya le presenté hechos consumados; sinó, sacaba cuentas y el negocio fracasaba. Entonces con el padre de mi alumno y vecino de terreno decidimos fabricar una casa de madera y colocarla mitad en cada terreno. Como las tablas tenían un largo de 3.40, la hicimos de 6.80 x 3.40. Les hicimos cuchetas, y a veces dormíamos 8 . El baño quedaba a unos 100 metros en un montecito precioso. Y el agua la traíamos de una canilla que había en el parque de la fuente. La cocina, por supuesto, estaba también incluída. Pero, eran tiempos felices. El relato, si interesa, (los comentarios lo dirán,) seguirá en próximas entregas.

jueves, 5 de junio de 2008

hola; hace no sé cuantos días que me comuniqué con ustedes. después hubo solo un contrapunto con un gaucho insolente que no respetó las cuatro o cinco canas que me quedan y me desafió a un combate verbal, en el que salió vergonzosamente derrotado. el, seguramente dirá que la cosa es al revés.
pero un gaucho amadrinado por una mujer, más vale que se retire a cuarteles de invierno y no se meta nunca más con un varón que tiene bien puestas las botas´epotro.
por circunstancias especiales, no dispongo de mucho tiempo para la comunicación. pero voy a tratar, ahora que me estoy familiarizando con este aparato que en mis tiempos no había, de charlar con ustedes, y, como dicen que nunca es tarde, recuperar el tiempo perdido. no se puede negar que a uno los años, como una obligación, le hacen a respetar la formalidad. que le vas a hacer; como dice una conocida, ajo y agua.
hasta pronto

miércoles, 14 de mayo de 2008

Acabo de leer lo que escribí anteriormente, y me entró la duda de si publicarlo. Si uno lo mira con severidad es bastante cursi y sentimentaloide. Pero no se puede pretender otra cosa de quien nacido a principios del siglo 20, leyó libros románticos, se emocionó con poetas más románticos, y siguió, a pesar de los años, tratando de mantener vivo al gurí interior que le dice siempre que no todo lo que sentimos debe estar condicionado por el filtro frío del intelecto. La de Piriápolis es una historia larguísima, así que de acuerdo a los comentarios seguirá o no. Como en los tiempos de mi niñez, de seguir, será una novela por entregas.

Las mujeres, (no todas) cuando agarran un libro, leen el final. Yo ahora no empiezo por el final, pero casi. Es que el grabar esos cassettes me ha traído recuerdos y emociones que hay que registrarlos en caliente. De manera que trataré de vivir esas emociones otra vez compartiéndolas con ustedes. Así que como dice Andrea, si son capaces de leerlas, ajo y agua.

Como me compré un grabador de dvd para guardar en discos las grabaciones de los cassettes de cinta, viví de nuevo, a partir de 1987, año en que compré la cámara, los momentos felices a los que recién ahora disfruto en toda su dimensión. Se imaginan cuando, como todos los años llegamos con mi juguete nuevo a nuestra casita de Piriápolis que nos esperaba, en la ladera del cerro del toro , entre pájaros y àrboles. No veía el momento de filmar todo lo que se pusiera a tiro. Y como asociándose a mi nueva actividad artísticocinematográfica, hicieron días luminosos, con alboradas y atardeceres para enloquecer a los pintores aquellos impresionistas. Como soy medio loco, (el fantasma de García dirá que mejoré un 50%) siempre le ganaba al sol en la levantada. Así que cuando él preparaba el pincel para pintar de gloria la mañana, yo lo estaba esperando con la cámara lista. Entonces, una de esas mañanas increíbles me levanté a las cuatro y media, puse una escalera y trepé a la cumbre de la casita para cazar el amanecer. Cuando las nubes empezaron a colorearse empecé a girar lento, atrapando primero a un árbol solitario en una hondonada entre dos cerros, apenas iluminado por la aurora. Y, en una loma, un rancho abandonado, seguramente un viejo puesto de estancia. Y luego, gracias a la luz del amanecer, los árboles cubriendo el cerro envueltos en bruma luminosa. Y siquiendo mi giro, el mar entrevisto a la distancia. Cuando llegué terminado mi círculo, otra vez al árbol solo, el sol se asomaba enloqueciendo a los pájaros. Desgraciadamente, no hay cámara capaz de repetir milagros. Pero ayuda a recordarlos.
¿Continuará?